A finales de Septiembre me dijo una prima mía que cerraban Dora una tienda de labores, de esas de toda la vida, en Santander.
Me ha dado mucha pena pues siempre ha sido uno de mis lugares preferidos para comprar lanas y materiales para labores.
Pasamos mi hija y yo a despedirnos, especialmente de Elena, una de sus dependientas, realmente encantadora.
Entre las pocas cosas que ya quedaban me llamaron la atención los bolillos, tan bonitos y de forma tan diferentes. Los compré como recuerdo, así como un curioso dedal de porcelana con dos bolillos de plata.
Un pequeño homenaje que representa la cantidad de cosas que siempre encontré en Dora se mezclan en la bolsa bordada: lino, puntillas, botones de nácar, las madejas de 6 cabos para hacer punto de cruz, las de bordar y el hilo para crochet...
Me ha dado mucha pena pues siempre ha sido uno de mis lugares preferidos para comprar lanas y materiales para labores.
Pasamos mi hija y yo a despedirnos, especialmente de Elena, una de sus dependientas, realmente encantadora.
Entre las pocas cosas que ya quedaban me llamaron la atención los bolillos, tan bonitos y de forma tan diferentes. Los compré como recuerdo, así como un curioso dedal de porcelana con dos bolillos de plata.
Un pequeño homenaje que representa la cantidad de cosas que siempre encontré en Dora se mezclan en la bolsa bordada: lino, puntillas, botones de nácar, las madejas de 6 cabos para hacer punto de cruz, las de bordar y el hilo para crochet...